Vamos a estar recorriendo porque nos acercamos al placer o nos alejamos del dolor. Cuando además también en PNL tenemos un metaprogama parecido.

Por medio del aprendizaje y la memoria conformamos nuestras preferencias. Conformamos lo que nos acerca al placer y/o aquello que nos aleja del dolor. Que nos genera dolor y que nos genera placer.

Para esto aplicamos nuestra habilidad del lóbulo prefrontal que tiene que ver con la anticipación, que es poder deducir ciertas consecuencias de nuestros actos. Basándonos en nuestro cerebro límbico por los registros somáticos que nos ocasiona determinados sentimientos. Saber que sentimos en el presente, teniendo en cuenta nuestra historia y los registros del pasado nos anticipamos al futuro.

Esto es muy necesario para nuestra supervivencia, por ejemplo, si un conejo reconoce un lugar donde hace dos días vio un león, es probable que sienta miedo y se aleje de ese lugar, anticipando que hoy también puede estar ahí. Si vivimos haciendo elucubraciones sobre el futuro, estamos en lo que llamamos lectura de mente y en ese punto empezamos a preguntarnos qué tan útil nos es.

La anticipación se basa además en los datos de nuestros recuerdos que además actúan también desde nuestra memoria emocional, si además le damos entidad al neo córtex con nuestro dialogo interno puede que desde ese dialogo incrementemos nuestras emociones, o bien las hagamos decrecer. Una vez más depende del jinete y no del caballo. Como resultado de esta anticipación elegimos aquello que nos ayuda a acercarse al placer. Y contemplamos aquello que nos ayuda a alejarse del dolor.

Acercarse al – alejarse del

Para cada persona una experiencia puede generar, o placer o dolor, depende de cómo haya almacenado en su memoria la experiencia. Y no contentos con eso además le otorgamos un tamaño a la sensación tanto de place como de dolor. Puede tener un tamaño pequeño, grande o mediano para nuestra representación de la experiencia. Por ejemplo “La muerte de ese ser querido me generó un gran dolor”.

Cuando de acuerdo a todas estas variables nuestro cerebro nos generará recompensa química por aquello que nos genera placer y enviará químicamente señales de amenaza por aquello que nos genera dolor. Lo que hacemos es poner de manifiesto la representación personal que le damos al estímulo. Es por esto que entran en consideración todas estas variables. Si lo consideramos prosupervivencia generará placer, si lo consideramos en contra de nuestra supervivencia generará dolor.