Mucho se ha escrito sobre la pasión por el trabajo, tanto así que se hizo famosa la frase: “Do what you love, Love what you do” (Haz lo que amas, ama lo que haces), sin embargo, a la hora de explicarle a otros como sentir esa pasión nos solemos encontrar ante un reto importante. Por eso quiero compartir un poema del escritor Charles Bukowski titulado ¿Así que quieres ser escritor?.

¿Así que quieres ser escritor?

 Si no te sale ardiendo de dentro,
 a pesar de todo,
 no lo hagas.
 A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
 y de tu mente y de tu boca
 y de tus tripas,
 no lo hagas.
 Si tienes que sentarte durante horas
 con la mirada fija en la pantalla del ordenador
 ó clavado en tu máquina de escribir
 buscando las palabras,
 no lo hagas.
 Si lo haces por dinero o fama,
 no lo hagas.
 Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
 no lo hagas.
 Si tienes que sentarte
 y reescribirlo una y otra vez,
 no lo hagas.
 Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
 no lo hagas.
 Si estás intentando escribir
 como cualquier otro, olvídalo.

 Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
 espera pacientemente.
 Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

 Si primero tienes que leerlo a tu esposa
 ó a tu novia ó a tu novio
 ó a tus padres ó a cualquiera,
 no estás preparado.

 No seas como tantos escritores,
  no seas como tantos miles de
  personas que se llaman a sí mismos escritores,
  no seas soso y aburrido y pretencioso,
  no te consumas en tu amor propio.
  Las bibliotecas del mundo
  bostezan hasta dormirse
  con esa gente.
  No seas uno de ellos.
  No lo hagas.
  A no ser que salga de tu alma
  como un cohete,
  a no ser que quedarte quieto
  pudiera llevarte a la locura,
  al suicidio o al asesinato,
  no lo hagas.
  A no ser que el sol dentro de ti
  esté quemando tus tripas, no lo hagas.
  Cuando sea verdaderamente el momento,
  y si has sido elegido,
  sucederá por sí solo y
  seguirá sucediendo hasta que mueras
  ó hasta que muera en ti.
  No hay otro camino.
  Y nunca lo hubo.

Fuente de la traducción.

Este poema es una poderosa declaración que hace el escritor sobre la pasión que siente por su trabajo. Nos da una descripción detallada de que se siente, no que se debe hacer. Si leemos con calma el poema veremos que eje central son las emociones, luego las acompañan ciertas acciones, pero en un segundo tiempo; acá las acciones son el siguiente paso, el primero es el sentir/nos y conectar/nos con las emociones que estamos siendo cuando nos enfrentamos a nuestro trabajo o profesión.

Pero si este poema habla sólo de la pasión por la escritura ¿De qué nos sirve a los que no lo somos y no lo queremos ser?, pues a esta pregunta, que yo me hice cuando lo leí por primera vez, le encontré respuesta trabajando como coach con una persona que quería conversar sobre el hecho de que su profesión no le gustaba, sentía que se había agotado, cansado, que ya nada tenía sentido, era todo monótono, sin retos, nada nuevo que aprender, había visto todo y descubrió que no le gustaba. Sintiendo todo eso decidió seguir algunos gustos que tenía “desde siempre”, pero no era suficiente, sentía que había perdido la pasión.

En esa primera conversación recordé este poema, y decidí que lo leyéramos y analizáramos juntos la siguiente semana. Una de las actividades que le gustaba a esta persona era la escritura, así que pensé que podría ir muy bien. En la segunda sesión le pedí que lo leyera, se tomara unos minutos para reflexionar y me dijera como se sentía… Me comentó que le había gustado, que le parecía un poema hermoso y potente, que le revolvía las emociones, pero que hablaba de una sola actividad “la escritura”, por lo que le pedí a esta persona que hiciéramos el siguiente ejercicio, que te propongo hacer a ti también:

1.- Identifica las palabras que para ti tienen relación directa con la profesión de la escritura en el poema.

2.- Selecciona una de las actividades, profesiones o trabajos con las que te quieres conectar o ya lo estás.

3.- Sustituye las palabras que identificaste por unas nuevas relacionadas con la profesión que quieres trabajar.

4.- Lee el poema y revísalo un par de veces antes de dar por terminada tu versión.

5.- Léete en voz alta el poema nuevo.

6.- Conéctate con tu cuerpo y tus emociones y óyete, date un espacio y tiempo para entenderte y estar contigo, ver quien estas siendo cuando te lees el poema y que nuevos mundos te son posibles, que te dices, como te ves, que piensas. Si no sientes conexión, regresa al paso 2 y repítelo todo.

7.- Aprovecha esa emoción y conexión contigo para accionar y comenzar a dar los pasos necesarios para que la pasión regrese a tu vida profesional y hagas lo que amas y ames lo que haces. No importa que el primer paso sea pequeño, lo importante es que lo des y te comprometas contigo a seguir adelante por llegar a ese estado de bienestar.

P.D.: Nunca olvides que la pasión necesita de trabajo, constancia, tiempo para madurar y cuidado para que esté viva. La pasión no es simplemente un estado al que se llega, es un camino que se recorre y sobre el cual se trabaja. También ten presente que las cosas que nos apasionan vienen precedidas por cosas que no nos apasionan tanto pero que igualmente forman parte.

 

Recuerda que depende sólo de ti y de nadie más el lograr y alcanzar tus sueños y metas, eres el director, productor, guionista y actor de tu vida, por lo que tú y solo tú tienes el poder de llegar a dónde quieres ir y lo mejor de todo es que tú también puedes escoger el medio de transporte y el camino.