La percepción del tiempo se trata de una construcción cognitiva por lo que este tipo de percepción, al igual que las otras es un filtro personal que determinará por ejemplo nuestra forma de planificar y resolver.

Mientras que nuestra mente puede viajar al pasado o al futuro con el pensamiento. Nuestro cuerpo físico se encuentra en el presente, “aquí y ahora”. Nuestro cuerpo tiene noción presente en cuanto a las funciones vitales también, por ejemplo, la respiración no nos sirve la de una hora ni la que vamos a hacer en dos días. La respiración actual es la que nos sirve para conectarnos con lo vital.

La capacidad mental que poseemos de trasladarnos temporalmente depende de nuestra relación con el tiempo y la calidad de esa relación en función de concientizarla.

La percepción personal del tiempo deriva en una representación subjetiva del mismo relacionadas directamente con el significado que le damos.

Una de las primeras divisiones que tomamos para esta percepción viene de la antigua Grecia se trata del interno y el externo, kairos y cronos para los griegos.

Nuestra historia que vamos formando determina quienes somos, que pensamos y como actuamos en la vida esta en cierta forma, nuestros recuerdos y a la manera en que los hemos almacenado.

La interpretación del tiempo

El poder representar con anclajes espaciales La Línea del Tiempo, se trata de una metáfora super útil que nos ayuda a ordenar y codificar el tiempo en nuestra mente.

Como representamos el pasado y el futuro, y como ordenamos los sucesos en el tiempo afecta nuestros pensamientos, emociones y planes.

La mayoría de las conductas que desarrollamos a diario se relacionan con como codificamos el tiempo.

Al tratarse de una percepción va a ser diferente en cada uno de nosotros, de acuerdo al   propio modo interno y personal de codificar el tiempo y este tiene una gran influencia en nuestra calidad de vida, en la forma que pensamos y que actuamos.

Nuestras construcciones mentales del pasado y el futuro son las interpretaciones internas que hacemos de los sucesos de su vida. Vivimos en una sucesión de presentes porque mi presente de ahora, ya es mi pasado en el siguiente segundo. Uno de los primeros en tratar el tema del tiempo fue Aristóteles en su libro Física.

Nosotros a veces pensamos que nuestra memoria registra la realidad de modo fidedigno cuando sabemos que no es así.