La técnica de la silla vacía se trata de una técnica particular de la Terapia Gestalt. En algunos lugares fue traducida como la silla caliente también.

Este método surgió para que el paciente de este tipo de terapia pudiera integrar experiencias que considerara inconclusas en su vida y transformarlas o cerrarlas de ser posible y necesario para ella.

Reproduciendo la experiencia, para dialogar, revivir la corporalidad, gestos, emociones, etc. Con el propósito de transformar la experiencia para quien lo hace.

La disposición de la silla es física y de los personajes, si es que los hay.

La misma fue un modelado tomado de Fritz Perls, quién se considera el padre de este tipo de terapias. El mismo Richard Bandler quien hacia desgravaciones en la editorial de Virginia Satir en sus comienzos. Y editó el libro de Fritz “El enfoque Gestáltico y Testimonios de Terapia”.

En alguno de sus libros cuenta luego las prácticas de cuando Richard hacia prácticas en neuropsiquiatricos. Se puede realizar en soledad o en grupos de psicoterapia como al principio.

Se trata de verificar poner a alguien con quien tenemos un conflicto, o bien una parte nuestra que queremos transformar. Además de un conflicto, puede ser utilizada para pérdidas, duelos, gestión de emociones y cualquier experiencia que para nosotros es pasible de ser modificada.  O bien, recordando que también podemos ir e bien a excelente, o de excelente a superlativo, algo que queramos desarrollar e incorporar.

 ¿Cuáles son los patrones de esta conducta que te gustaría modificar?

Y allí podemos ir pasando en primera y segunda posición, para ir teniendo cada vez y en cada vuelta más información al respecto.

Técnica del diálogo, de la silla vacía o de la silla caliente

Es un gran reencuadre, con utilización de registros somáticos, patrones fisiológicos, patrones lingüísticos, estrategias, etc. Este reencuadre desde varios lugares que tenemos, nos aporta un cambio de observador importante sobre aquello que estamos revisando.

Partimos de la creencia que si es algo que traemos al aquí y ahora, entonces todavía no le dimos un cierre, desde la Gestalt son muy importantes los cierres que le damos a nuestras experiencias.

Si podemos sostener cualquier recuerdo, creencia, comprensión o cualquier otro proceso mental es porque todavía lo tenemos ahí. Esto nos permite la continuidad.

Este presente nos da la sensación de atemporalidad. Esta atemporalidad nos permite además, modificar nuestro observador de experiencias pasadas para transformarlas y diseñar y planificar experiencias futuras que queremos crear.