El significado de cada evento depende del cuadro en el cual lo estemos percibiendo. Cuando modificamos el cuadro, modificamos también su significado. Llamamos reencuadre al cambio de encuadre que cada persona percibe de un evento, llegando a modificar el significado del mismo.

En las propias palabras de Grinder sería: “Dar una nueva perspectiva en la cual el patito feo se convierta en cisne.”

El reencuadre aparece también en cada chiste. Lo que parecía una cosa en un principio puede convertirse en algo distinto modificando la perspectiva.

Además el reencuadre es un elemento esencial en el proceso creativo, donde se desarrolla la habilidad de poner cualquier evento en un lugar común, en nuevo cuadro para disfrutar su utilización.

También lo utilizamos cuando realizamos el proceso de bisociación o disasociado, o de asociarnos simultáneamente a diferentes perspectivas de un mismo hecho.

En general la teoría de la comunicación se basa en el axioma en el cual una señal únicamente tiene significado en los términos del encuadre o contexto en el cual aparece. También puede tener significado en función de instrucciones previas que establecen el encuadre, esto da un contexto interno que genera determinado significado. Por ejemplo cuando hablamos de “mapa” dentro del contexto de la programación neurolingüística nos referimos a los mapas de construcciones mentales de cada persona.

Reencuadramos para darle al cliente un nuevo punto de vista. El primero que presentó este cambio de punto de vista fue Paul Watzlawick en el grupo de Palo Alto. Buscando una conjunción paradojal en el lenguaje o en el comportamiento para poder modificarlo.

Virginia Satir es una gran pionera del reencuadre, redefiniendo con las partes del sistema para una cambio de perspectiva en la reconstrucción familiar. Ella además del reencuadre lingüístico utilizaba el psicodrama para afianzar algunos reencuadres.

Como reencuadrar

Se trata de una herramienta muy poderosa para la comunicación. En general cuando alguien viene y nos cuenta algo, lo que podemos hacer es sugerir un cambio de perspectiva, que la persona puede tomar o no, siempre desde sus mapas mentales. Lo hacemos todo el tiempo o bien, utilizamos el lenguaje para potenciar recursos o para afianzar el problema que tiene quien nos lo esté contando.

Una de las formas de resignificar la experiencia es tener en cuenta que la respuesta ante una experiencia, no está basada en lo que lo que pasó sino en el significado que se le de a la experiencia sensorial que se tiene en función del acontecimiento.

Algunas personas lo llaman también redefinición o reetiquetar. Lo importante es obtener una nueva respuesta sensorial. Para verificar que obtuvimos un cambio es importante chequear la congruencia fisiológica corporal y analógica de la persona con la que hablemos.

La utilización del humor como recurso puede ser un perfecto reencuadre a lo que estén diciendo. La próxima vez que alguien te diga “No me vuelvo a enamorar” ¿Qué vas a contestar?