Los rituales son la forma de expresión más antigua. Se trata de una serie de acciones que pueden ser secuenciales o simultaneas que tienen un valor simbolico, tanto para quien las ejecuta, como para quien las observa.Tienen un poder dentro de una comunidad, espíritu, etc.
Todas las culturas han desarrollado rituales para las principales funciones socio-psicológicas. Tenemos rituales de transición, son el paso de un estado a otro — bautismos, bodas y funerales— se usan como puentes entre dos etapas de la vida en nacimientos, graduaciones, promociones, ritos de tránsito a la edad adulta, matrimonios, retiros, muertes y así sucesivamente. Rituales dé continuidad, aniversarios y vacaciones, son de celebración que reafirman y regeneran los valores y la identidad del sistema.
Los rituales curativos permiten recuperarse del trauma y la reincorporación de la persona disociada a la comunidad socio-psicológica. Y rituales de expiación son un medio para algo, para una transformación, como por ejemplo decir perdón y de ofrecer reparación.
El ritual posee una estructura experiencial arquetípica que recrea o transforma la identidad. Los participantes se absorben en él y excluyen otros marcos de referencia. Es experiencial, los participantes dan sentido a diferentes tipos de procesos. Existen rituales que sirven para marcar pertenencia a un determinado grupo y no a otro, como los new romantics y punks de los ’80.
Los rituales tienen lugar simultánea e igualmente en realidades públicas y privadas. El mundo interno se amplía y reorganiza y al mismo tiempo se establecen conductas externas que suponen cambios cruciales en las relaciones, de las que son testigos otras personas significativas de la comunidad.
Esta concurrencia de cambios internos y externos hace que los rituales sean especialmente poderosos y relevantes.
Estas pautas definen la identidad per se, en lugar de apuntar hacia conductas o acciones del yo. Cuando la comunicación se enfoca básicamente en la identidad, entran en juego los rituales y los correspondientes estados alterados de conciencia.
La propuesta en la pareja, la familia, amigos, amigas, con nuestras relaciones más cercanas es establecer rituales de continuación, de celebración, de festejar el estar en compañía.
Planificación del ritual
Requiere generar y sacar a la luz los símbolos experienciales, primero verificar que gustos compartimos y que nos hace bien de estar juntos para elegir estos símbolos. Tomar el tiempo y el cuidado necesarios para prepararlos. Símbolos externos concretos, voy a dar un ejemplo personal con mi familia, tenemos varios voy a hablar de los viernes de tacos, esto hace que todos los días viernes nos juntemos a comer tacos, o la pasta del domingo. El símbolo es la comida en particular, en el caso de los fideos para mi pareja y para mi es ancestral, o bien nuevo, los tacos aprendimos a hacerlos hace poco. Y nos tranquiliza saber que esos símbolos están periódicamente en nuestra vida. Nos da orden interno. ¿Quiénes somos en el ritual? ¿Qué tareas vamos a realizar cada uno de los integrantes del ritual?
Las personas que realizan rituales están reorganizando y declarando a los demás su nuevo yo social.
La realización del ritual
La realización del ritual tiene tres partes: la inducción del pre-ritual, que desarrolla la conciencia limita el espacio ritual; el ritual mismo; y el proceso post-ritual
que devuelve a la persona a su espacio social habitual. La
inducción pre-ritual en ella se emplea la concentración de la atención, la repetición
y el ritmo, y actividades simbólicas. Si tenemos viernes de tacos, si alguien nos hace una invitación, le hacemos participe del ritual. Declarar que tal vez, las compras anteriores para tener todo lo necesario.
El estado de animo de esta preparación también es importante prepararlo. Con una sensación de que va a ocurrir algo muy importante.
Llega el viernes y hacemos el ritual que venimos preparando y cada parte hace aquello con lo que se comprometió para el ritual. Ahí también tenemos este estado interno de celebración y continuidad. Luego del ritual nos decimos aquello que mas nos gustó a cada compenente del ritual en sí y tal vez haríamos diferente la próxima vez para celebrarlo más todavía.
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