Cuando hablamos del trovador hablamos de creatividad. Se trata de un músico errante, que va de pueblo en pueblo contando los acontecimientos que pasan en otros lados. Era fundamental en las sociedades que se basaban en tradiciones orales. Cada pueblo tenía sus juglares que llegaron a ser considerados como historiadores incluso. La traducción literal en portugués más antigua lo pintaba como un amante extraño, errante, pero amante. Amantes de muchos, músicos habilidosos que se desarrollan mejor en soledad, con un movimiento de narrativa folclórica de cada pueblo.

La música y la narración de historias forman parte de la cultura humana. Tienen una dimensión metalingüística, que va más allá del lenguaje y a esto le agrega la metáfora utilizada. El trovador tiene habilidad en ambas. Son poetas épicos que cantan desde los inicios de las sociedades humanas. Eran parte, culturalmente, del desenvolvimiento espiritual e intelectual del ser humano. Esta poesía oral se encuentra asociada a la memorización de performance. Las sociedades de tradición oral contaban con contadores de historias y orquestas que los acompañaban y tenían más atención en la historia que en la música en sí.

Trovador

Se puede identificar con el mito de Orfeo, de los Argonautas, el flautista de Hamelin, Coco.

Tiene también su objeto de poder en el instrumento que lo acompaña, como por ejemplo los juglares en la edad media. Este trovador utiliza la música para evocar las memorias del pasado y que sigan perdurando en las nuevas generaciones. Muchas historias se formaron de esta manera y podemos nombrar un camino del héroe por excelencia que es la historia del rey Arturo y sus caballeros, que fue primero de tradición oral.

Esta cultura cohesiona a la comunidad en el bien común y la historia compartida, dándoles también identidad a estas comunidades.

La tradición oral épica, la conocemos desde los griegos hasta nuestros tiempos. Donde es maravilloso ver la cara de nuestros niños cuando contamos historias, o las maestras jardineras utilizándolo también como metodología de aprendizaje. Lo más maravilloso es saber que, más allá de los desarrollos técnicos, podemos dar cuenta que sigue funcionando.