Muchos líderes son terribles para escuchar; realmente piensan que hablar es más importante que escuchar. Pero los líderes “contreras” saben que es mejor escuchar primero y hablar después; y cuando escuchan, lo hacen con arte.

Steven Sample

Los beneficios positivos de un buen oidor son mucho más valiosos de lo que reconocemos.

A continuación dispongo un estudio sobre la escucha emulado por Jhonn Maxwell.

Cuando oímos sin escuchar, nuestro liderazgo sufrirá por ello, y nuestros seguidores también.

Una vez leí acerca de un estudio que afirmaba que oímos la mitad de lo que se dice, escuchamos la mitad de lo que oímos, comprendemos la mitad de ello, creemos la mitad de aquello y recordamos penas la mitad de eso. Si trasladamos esas suposiciones a una jornada de ocho horas de trabajo, esto es lo que significaría:

• Usted dedica la mitad de su día, unas cuatro horas, a oír.

• Oye aproximadamente dos horas de lo que se dice.

• En realidad escucha aproximadamente una hora de ello.

• Comprende solamente treinta minutos de esa hora.

• Cree solamente lo que equivale a quince minutos.

• Y recuerda menos de ocho minutos de todo lo dicho.

Ese es un rendimiento bastante deficiente, y demuestra que todos necesitamos mejorar mucho

más en lo que a escuchar de modo activo respecta.

¿Para qué sirve saber escuchar?

Los líderes, prestando atención cercana a cómo los que son eficientes escuchan a los demás; y las conclusiones de Maxwell en cuanto al impacto que tiene escuchar bien sobre el liderazgo son las siguientes:

1. Comprender a las personas precede a liderarlas

El liderazgo halla su fuente en la comprensión. Para ser digno de la responsabilidad del liderazgo, un individuo deberá tener cierta perspectiva sobre el corazón del ser humano. Ser sensible a las expectativas y sueños de los miembros de su equipo es esencial para establecer un vínculo con ellos y motivarles.

2. La escucha nos ayuda a aprender

Cuando hablamos solo podemos exponer lo que nosotros pensamos, sabemos o aprendimos. Cuanco escuchamos aprendemos.

3. Escuchar puede evitar que los problemas se agraven

Un proverbio cheroqui reza: «Escucha los susurros y no tendrás que escuchar los gritos». Los buenos líderes prestan atención a los asuntos pequeños. Prestan atención a su intuición, y también prestan atención a lo que no se dice. Eso requiere más que buena habilidad para escuchar; requiere comprender a la gente y también significa que uno se siente lo suficientemente seguro de sí mismo como para pedir comunicación honesta de los demás sin ponerse a la defensiva al recibirla.

4. La Escucha establece una relación de confianza

El autor y conferencista Brian Tracy dice: «Escuchar edifica la confianza, la cual es fundamento

de todas las relaciones duraderas».

Por medio de escuchar con mayor atención, se puede ganar la confianza de alguien como competencia. Para llegar a la confianza es importante agregarle la plausibilidad.

Cuando los líderes escuchan a los que les siguen y usan lo que han escuchado para introducir mejoras que beneficien a los que alzaron la voz y a la organización, entonces los seguidores ponen su confianza en ellos.

5. Escuchar puede mejorar a la organización

Escuchar siempre rinde dividendos. Cuanto más sabe uno, mejor le va, siempre y cuando mantenga

su perspectiva y piense como líder. Nicolás Maquiavelo, autor de El Príncipe, escribió: «Las

mentes son de tres categorías. Una es capaz de pensar por sí misma, otra es capaz de comprender

los pensamientos de los demás, y la tercera no puede ni pensar por sí misma ni comprender lo

que los demás piensan. La primera tiene la excelencia suprema, la segunda es excelente y la tercera

es inservible». Para ser un buen líder, es necesario que no sólo piense por sí mismo, sino que

también comprenda y aprenda de los pensamientos de los demás.

¿Es posible ser un líder sin saber escuchar? La respuesta es sí. Hable con empleados de empresas

por todo el país y le dirán que trabajan para personas que no les escuchan. ¿Es posible ser

un buen líder sin escuchar? [p 61] La respuesta es no. Nadie puede ascender al nivel más alto y

llevar a su organización allí sin saber escuchar bien. Sencillamente no sucede, porque uno nunca

puede obtener lo mejor de los demás si desconoce quiénes son, dónde quieren ir, por qué les importa,

cómo piensan y lo que tienen que contribuir. Esas cosas se aprenden únicamente si uno escucha.

Cuando un líder escucha, recibe las perspectivas, conocimiento, sabiduría y respeto de los demás.