Es importante aprender a aceptar un NO.

En el constante devenir de nuestras conversaciones hacemos uso de muchas herramientas conversacionales.

Y entre estas destaco los pedidos y ofrecimientos. Que nos permiten acceder a las cosas que queremos o necesitamos. Para el caso de los pedidos, o el ayudar a los demás al ofrecerles nuestra mano. Pero no quiero detenerme en estas poderosas e importantes herramientas. Sino en lo que nos pasa cuando ante un pedido o un ofrecimiento tenemos que aceptar un no como respuesta.

Aceptar un NO

Alrededor del aceptar un NO existe un mística difícil de explicar. Porque más que una palabra es una sentencia. Es una orden, un llamado de atención.

Un sonido que es capaz de paralizarnos en un instante y dejarnos con la sensación de que hicimos algo mal, trasgredimos alguna norma o irrespetamos algún límite.

Esto sin duda viene grabado en nuestro ADN desde la temprana infancia donde aprendemos y entendemos el significado de un NO.

Luego con el paso de los años se vuelve una palabra de uso delicado.Su falta de uso nos puede ocasionar muchos problema. Hacernos quedar como irresponsables, poco comprometidos, permisivos, que no nos valoramos. Que somos incapaces de enfrentar situaciones complejas y hasta afectar, en alguna medida, nuestra autopercepción.

Pero si no vamos al otro extremo, y la convertimos en una palabra de uso corriente. Damos la impresión de ser tajantes, poco flexibles, egoístas y personas regañonas que no estamos dispuestos a ceder en ningún momento.

Es por ello que, como todas las cosas importantes de la vida, debe ser utilizado en su justa medida porque su falta o exceso es perjudicial para la salud y el bienestar.

Ahora, para mí la importancia del NO radica en la interpretación que le damos, no en la persona que lo dice.

Como lo establecen las máximas de las ciencias que estudian y trabajan con el comportamiento humano. Vemos el mundo como somos, nuestros modelos mentales delimitan la totalidad de lo que percibimos como “la realidad”.

Por lo tanto  estamos siendo en ese momento, ese contexto y con esa persona o situación en particular.

El problema con el NO suele ser que lo tomamos como un no a nosotros, como personas.Y  no solemos vernos como un respuesta ante el pedido u ofrecimiento que estamos realizando.

Declaración de NO

Si hacemos un ejercicio de reflexión nos daremos cuenta que en algún momento alguien nos dijo un no que nos paralizó.

Y nos dejó pensando en su ingratitud, egoísmo o  indiferencia hacia nosotros. Simplemente porque en ese momento entendimos que ese NO era hacia nosotros.

Esa sensación se basa únicamente en el hecho  que el pedido u ofrecimiento que hicimos vino hechos desde lo más profundo que somos y tenemos y por ende al recibir una negativa la sentimos como algo personal.

Ahora si pensamos en el caso contrario.Y busquemos algún ejemplo propio cuando nos tocó decir que no y el otro se ofendió o dolió con nosotros.

Cosa que nos sorprendió porque en ese momento en especial no podíamos aceptar lo que nos daban o dar lo que nos solicitaban y nos sentimos incomprendidos por esa persona.

Tips para la aceptación del NO

Para mí, con respecto a la aceptación del no  podemos ver herramientas de coaching:

  • Cuando te hagan un pedido y quieras negarte se claro y amable a la hora de explicar tus razones. Una explicación ayudará al otro a entenderte y aceptar mejor tu respuesta.
  • En caso de rechazar una oferta igualmente explica las razones, marcará una diferencia en la situación.
  • Si vas a hacer un pedido, se claro, un buen ejercicio es practicarlo antes de hacerlo. Así ajustas el pedido para que sea preciso. Si aun haciéndolo la respuesta es no, recorda que cuando pedimos estamos abriendo la posibilidad de que nos digan Si o No. Si lo crees conveniente podes modificar el pedido para que sea viable. Esos No se convierten en un mundo nuevo de posibilidades insospechadas.
  • Sí vas a hacer un ofrecimiento, sucede exactamente lo mismo, el otro puede aceptarlo o rechazarlo. En el caso de que te suceda lo segundo, aplica la misma fórmula pregúntale las razones y aventúrate a ofrecer una ayuda que se ajuste a las necesidades de la persona.

No pensemos en función de Si o No, pensemos en función de conocernos mejor. Relacionarnos mejor y ver en cada situación inesperada una nueva oportunidad de aprender o explorar un mundo totalmente nuevo.

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