Uno de los términos que se ha hablado mucho en estos últimos años es el de “Managment” que podríamos definir como el arte de crear relaciones dinámicas y creativas entre un individuo, su entorno y las situaciones que debe enfrentar para desplegar un conjunto de actitudes y comportamientos, permitiendo a las personas imaginar y aplicar las soluciones más satisfactorias en un medio incierto.
Hoy quiero traerte siete competencias esenciales que todo buen management debe poseer.
  1. La flexibilidad:

Tanto si es una persona, una institución o una empresa se deben mover en un ámbito en constante movimiento, por lo tanto, las aptitudes para el cambio son fundamentales. Alguna de ellas son cambio de estrategia, de estructura, de estilo, revisión de los valores y de los estereotipos culturales. Porque cuanto más grandes son las fluctuaciones, más grande deberá ser la flexibilidad para poder hacer frente a estos cambios tan vertiginosos que vivimos en estos tiempos.

  1. El discernimiento

La diferencia entre el triunfo y el fracaso, el éxito y la quiebra, reside en la capacidad de separar lo esencial de lo accesorio.

El discernimiento es indispensable para actuar con eficacia en situaciones poco claras y delicadas. Implica la capacidad de diferenciación y jerarquización.
De aquí que lo importante sea filtrar. Tener discernimiento es cuestión de filtros y de buenos filtros.

  1. El espíritu de síntesis

Ya no podemos considerar un fenómeno de manera aislada. Es por eso que hoy por hoy se tiende a dejar de lado la especialización. Todo especialista debe ser también un generalista.

Cada especialista debe ampliar su campo de competencia y estar en capacidad de comprender en profundidad el lenguaje, el pensamiento, la lógica y los métodos utilizados dentro de los otros campos. Es por eso que las personas que ocupan un lugar de liderazgo también debe estar dotado de la capacidad de mirar lo global de cualquier situación.

  1. El sentido de lo humano

En cualquier grupo, ya sea un empresa, una organización o cualquier agrupación de personas, existe una necesidad de calor humano, de pertenecer a una comunidad, preservando sin embargo la individualidad. Este sentido de lo humano, de considerar a la persona en todas sus dimensiones quienes mejor motiven, den energía y voluntad a dicho grupo. Y más en las empresas actuales que viven en un mundo altamente competitivo.

  1. La apertura y la tolerancia

Como dijimos, en todo grupo es necesario considerar el factor individual de la persona. Y hasta ahora se consideraba que el espíritu de grupo era la clave fundamental para alcanzar el éxito. Aunque esto es cierto, hoy nos damos cuenta de que esta ventaja conlleva reveses peligrosos. En efecto, la cultura de empresa es generadora de estereotipos, lo que a veces es una traba. Un buen liderazgo ve potencial en aquellos que no cuadran muchas veces con el sistema.

  1. La concentración y el espíritu crítico

El secreto de los campeones deportivos está en la capacidad de visualizar sin tregua todas las facetas de su adversario; de analizar con seriedad sus propias debilidades y tratar de colmarlas.
La concentración intensa, continua, crítica y abierta es la marca de un líder efectivo.

  1. Salir de la visión encasillada

Es necesario salir de la estrechez de visión que nos impide ver alrededor, lo que está más allá de lo que tenemos delante. Para ello se necesita fuerza y valor para salir de nuestra miopía conceptual. Como los artistas y soñadores, que se atreven a perderse en estos surcos. Los líderes auténticos saben tomar el riesgo de perderse.

Por último te invito a pensar esto. Todas estas características no solo son requisitos para el ámbito de la empresa, sino para todo ámbito humano en el que te muevas. Amigos, familia o demás grupos, y de ese modo seguirás maximizando tu liderazgo.