Las señales del stress de tu cuerpo son aquellas en las que te llama la atención de distintas maneras estamos aprendiendo a escucharlas.

¿Cuánto tiempo le dedicas a tu cuerpo? ¿Lo escuchas? ¿Atiendes sus necesidades?

El Coaching Corporal surge como la posibilidad de aprender a observar el cuerpo, mediante el cual somos, hacemos, pensamos, sentimos, nos movemos, nos relacionamos con nosotros y con otros.

Tenemos la creencia que al adquirir conocimientos, o en el ámbito laboral lo hacemos sin el cuerpo, que sólo necesitamos la mente…y ¿ donde está la mente, si no es en el cuerpo?

Aún en el aprendizaje cognitivo el cuerpo está presente y acusa manifestaciones en él, que al poder escucharlas, nos estarán alertando de que puede estar significando ese aprendizaje para nosotros. Al escuchar y registrar esas sensaciones en el cuerpo, podemos distinguir si es lo que necesitamos en esa situación en particular. Estas manifestaciones pueden estar mostrándonos diferentes emociones, trayéndonos de qué manera me estoy relacionando con lo que está sucediendo en ese momento y darme la oportunidad de intervenir si no me abre posibilidades de acción para el resultado deseado.

En la interpretación elegida llamada Ontología del Lenguaje, los seres humanos funcionamos en una coherencia entre tres dominios, siendo estos el cuerpo, las emociones y el lenguaje. A partir de esta interpretación del ser humano, se vislumbran varias posibilidades de acción y en cualquier cambio que hagamos el cuerpo estará presente.

En el instante que aparece un pensamiento que no me acompaña en el objetivo que quiero cumplir, ese pensamiento está acompañado de cierta corporalidad (llamo corporalidad a la manera en que se encuentra mi cuerpo en un determinado momento, reconociendo que ésta no es fija e inmutable) y en esa corporalidad se revelarán ciertas sensaciones, pensamientos y emociones.

Relacionando lo anterior con la interpretación cultural que tenemos del stress es necesario reconocer cómo está nuestro cuerpo en estas situaciones que llamamos estresantes. Distinguir esta coherencia entre cuerpo, emoción y lenguaje (pensamientos) nos habilita para escuchar las señales que nos muestra nuestro cuerpo.

Si me permito PARAR, REGISTRAR y DISTINGUIR cómo estoy, a partir de allí puedo ELEGIR y darme la posibilidad de  generar mediante diferentes recursos, la coherencia qué necesito para cada situación, objetivo, logros en mi vida, aún en las que considero estresantes.

Podemos sentir stress en determinadas situaciones como por ejemplo mudanzas, viajes, casamientos, divorcios, cambios laborales, contrataciones, despidos, en fin una interminable lista podríamos mencionar con acontecimientos que nos provocan stress. Las preguntas que se abren a partir de esto son:

° Qué registro en mi cuerpo para identificar si el stress que siento me acerca o me aleja del resultado que quiero?

° Qué puedo estar observando y registrando en el cuerpo para identificar los diferentes tipo de stress: ¿cómo está mi respiración?, ¿ cuál es el tono muscular en las distintas zonas del cuerpo?, ¿a qué velocidad me estoy moviendo e incluso cómo estoy cuando permanezco en quietud?, ¿ el tono de voz?

Si mediante este registro corporal me doy cuenta que alguna de ellas no está en la medida que necesito, aparece la posibilidad de disponer de la capacidad para provocar un cambio y generar algo diferente en mi con el compromiso de generar bien-estar en mi vida.

Melisa Corrales
Coaching Ontologico Profesional