Teniendo en cuenta las incongruencias la auto-observación es el primer paso para identificar discrepancias entre lo que decimos y cómo lo decimos. Esto incluye prestar atención a nuestra postura, gestos, expresiones faciales, y el tono y volumen de nuestra voz.
Imagina a un director de proyecto que, al presentar un nuevo plan de trabajo, mantiene una postura encorvada y evita el contacto visual. Aunque sus palabras expresan confianza en el proyecto, su lenguaje corporal sugiere lo contrario. Al revisar una grabación de su presentación, puede notar estas incongruencias y trabajar en adoptar una postura más firme y un contacto visual directo para alinear su comunicación no verbal con su mensaje verbal.
Técnicas de Observación Efectivas
Catherine Cudicio nos ofrece un marco para mejorar nuestra percepción de la comunicación:
– Observa los mensajes visuales y auditivos en conjunto.
– Realiza una observación global, integrando lo que ves y oyes.
– Compara aspectos digitales (verbales) con analógicos (no verbales), y busca simetría en tu mensaje.
Un gerente de ventas observa sus propias presentaciones, prestando especial atención a la coherencia entre su entusiasmo verbal por un producto y la pasión que demuestra a través de su lenguaje corporal. Se da cuenta de que, aunque habla con entusiasmo, sus gestos son mínimos y su expresión facial es neutra. Al integrar gestos más expresivos y sonreír genuinamente mientras habla, logra una mayor congruencia y, por ende, una conexión más profunda con su audiencia.
Establecimiento de la Congruencia
Tener claridad en los objetivos personales y profesionales es crucial para la congruencia. Define tus objetivos utilizando herramientas como el metamodelo y la agudeza sensorial. Una líder de equipo en tecnología establece el objetivo de fomentar un entorno de innovación abierta. Para ello, decide comunicar sus expectativas y la visión de proyectos futuros con un lenguaje claro y mediante el uso de ejemplos concretos que resuenen con su equipo. Asegura que su tono de voz y su postura reflejen su apertura y disposición al diálogo.
Entender cómo nuestros comportamientos reflejan nuestro estado interno es vital. Aprender a calibrar estos estados nos permite ajustar nuestra comunicación para que sea coherente con nuestro mensaje deseado. Un consultor observa que, cuando discute estrategias con clientes, su lenguaje corporal a menudo parece cerrado y defensivo, a pesar de su intención de estar abierto a ideas. Al ser consciente de esto, trabaja en mantener una postura abierta y asentir durante la conversación para demostrar su interés y receptividad.
La congruencia tiene un impacto directo en la eficacia del liderazgo y en la creación de un ambiente de trabajo positivo. Se puede practicar la congruencia asegurándose de que su lenguaje corporal y tono de voz estén en armonía con mensajes de unidad y colaboración. Un profesional ajusta su discurso para reflejar genuinamente su entusiasmo por un servicio, utilizando ejemplos personales que demuestren su compromiso y creencia en el valor ofrecido.
La congruencia en la comunicación es una habilidad esencial para cualquier profesional, especialmente para aquellos en roles de liderazgo. Detectar y corregir incongruencias no solo mejora la comunicación individual sino que también fortalece el liderazgo, mejora las relaciones interpersonales y contribuye a un ambiente de trabajo más positivo y productivo. La práctica continua y la autoobservación son claves para alcanzar una congruencia efectiva.
Foto de Thirdman: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-en-camisa-de-manga-larga-marron-sentada-en-una-silla-5583258/
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