El ser humano, el lenguaje y la acción son tres pilares principales de la ontología del lenguaje. Nuestro ser se constituye a través de la acción y también, la capacidad máxima de nuestro ser se constituye en nuestras acciones.

Descartes, nos habló de dualismo, sujetos por la “razón” y objetos, por la sustancia física. La epistemología determina la posibilidad de una representación fiel de los objetos por el racionalismo de la acción del ser humano. En esta concepción el pensamiento precede a la acción.

En cuanto nos asumimos como seres humanos, el lenguaje nos modifica. Ya que el lenguaje genera ser y como acción que es nos constituye en el ser que estamos siendo. Le da sentido a lo que somos, al hecho de ser y existir.

La característica de recursividad del lenguaje, el poder hablar de lo que hablamos, nos transforma en seres reflexivos. A través de ello podemos interpretar, indagar, cuestionar, buscar explicaciones. Somos reflexivos ante la forma de reflexionar que tenemos y exploramos maneras más efectivas para hacerlo cada vez.

Filosofos

La razón es uno de juegos de lenguaje posibles de que somos capaces los seres humanos en cuanto a seres lingüísticos

Rafael Echeverría

Define lo racional como la razón de un fenómeno, y en el sentido del ser. Esta razón no forma parte del fenómeno en si, sino de su explicación, por lo tanto del observador que estamos siendo cuando lo explicamos.

Martin Heidegger define el Dasein, “ser en el mundo” como fenómeno primario de nuestra existencia, ambos son simultáneos y refieren unos a otros.

En cuanto a la transparencia, Heidegger nos cuenta que es una actividad que carece de reflexión y es una acción que primaria que realizamos con un umbral mínimo de consciencia. No es una acción racional.

Cuando sucede algo que nos permite salir de esta transparencia, entramos en este espacio de reflexión.