En una nueva Entrega del laborarorio Pedagógico, Maru Duró nos cuenta como ser un buen lider.
Podemos afirmar que toda persona que ejerce el liderazgo (Hablo de Lider no de Jefe, ¡sí, hay diferencias!) es en esencia un docente, aunque el fenómeno no se da a la inversa, es decir, no todos los docentes (lamentablemente) son líderes.
Si bien el Liderazgo parece ser una condición innata que algunos traen de fábrica y otros no, gracias a los avances en neurociencias y al descubrimiento sobre la plasticidad del cerebro humano, estamos en condiciones de afirmar HOY que TODOS llevamos un LIDER dentro, solo que algunos lo tienen más despiertos que otros.
¿Por qué hablamos de liderazgo en relación a la enseñanza? Porque es una herramienta esencial para combatir la apatía y la confusión que se ha apoderado de las aulas.
El desdibujamiento de roles y la ausencia de premios y castigos que caracterizan a la sociedad actual nos han dejado prácticamente sin modelos a seguir y si bien algunas figuras de renombre global aparecen como buenos referentes de lo que significa ser un ser humano excepcional a nivel comunitario o barrial abundan los ejemplos opuestos.
En este contexto es necesario que desde la docencia tomemos la posta y logremos dos objetivos muy importantes a mediano plazo: devolver el prestigio social y profesional al ejercicio de la enseñanza y convertirnos, los docentes, en modelos de persona a seguir, en referentes de valores universales, porque, nunca está demás decirlo, se enseña mucho con lo que se dice y muchísimo más con lo que se hace.
Por suerte, el lider no nace sino que se hace, y en vistas de la necesidad de que surjan verdaderos líderes dentro de esta profesión, les traigo aquí las seis claves o seis factores comunes que tienen todos los grandes líderes del planeta.
1)Pasion: Cuando nos apasionamos por nuestras propias ideas y conectamos con el propósito que yace más allá de nuestra misión nos volvemos personas más tractivas ( en personalidad, no físicamente) para los que nos rodean y podemos contagiar a otros a que le den un impulso a sus vidas. Ferdinand Foch, teórico militar, escribió: «El arma más poderosa de la tierra es el alma humana en llamas». Si queremos despertar interés por lo que enseñamos, debemos comenzar a arder de pasión por nuestro propio campo de conocimiento.
2)No lo Finjas: En un mundo lleno de celebridades efímeras para los chicos y adolescentes de hoy la autenticidad tiene un valor agregado. Mostrarnos como realmente somos, enfrentar y asumir los propios errores y mantener una relación con el alumnado basada en la sinceridad, la humildad y el afecto pueden dar mucho oxígeno a la tarea. Actualmente el docente no es respetado ni escuchado simplemente porque es la autoridad. El respeto debe ganarse legítimamente a través de la confianza. Aceptarnos, celebrarnos y reirnos de nosotros mismos puede hacer grandes maravillas por nuestra autoestima y la de aquellos a quienes pretendemos educar.
3)Muestrate Interesado en lugar de Interesante: No hay mejor forma de atraer la atención de los otros que mostrarse genuinamente interesado por ellos. La verdadera revolución educativa será posible cuando los docentes estemos en condiciones de escuchar más y hablar menos, hacer preguntas, buscar y lograr comprender las respuestas.
4)No dudes: Si nos mostramos inseguros de nuestras propias ideas y proceder también lo estarán los otros. La confianza es un factor fundamental de todo acto de persuación. mantenernos firmes en nuestras creencias es fundamental para transmitirlas a los demás.
5) Se Extraordinario: El mundo no necesita más mediocridad. Cualquiera sea el area de especiallización, visión, idea debemos darla a conocer de forma única, y mostrarnos siempre comprometidos con la la excelencia personal. No podemos exigir a otros lo que no tenemos en nuestro interior.
6) Hacé la Diferencia: Ningún empleo debe ser tomado como un medio para ganar dinero. Si cada uno de nosotros, en cada uno de nuestros trabajos se preguntara cada día, al comenzar la tarea, qué podemos hacer para resolver verdaderos problemas humanos, en poco tiempo la humanidad sería un derroche de virtudes y eficiencia. No nos enfoquemos en el recibo de sueldo, en los escalafones ni en los reconocimientos, lo importante es dejar huella en los corazones de aquellos que necesitan de nosotros, de nuestro afecto, generosidad y conocimientos para solucionar sus problemas y construir un futuro diferente.
Esta escueta caja de herramientas puede ayudarnos a todos a pasar de ser trabajadores de la educación a líderes de la enseñanza, la diferencia trasciende la gramática. Empoderarnos a nosotros mismos en el rol de líderes nos permitirá sentirnos bien y así podremos contagiar el espíritu de la grandeza y excepcionalidad a nuestros a alumnos. Si logramos esto un día a la vez, un chico a la vez, los años que nos esperan serán verdaderamente asombrosos. Los desafío a intentarlo.
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