Los inicios

Hace 30 años los hermanos Daniel Cuperman y Fernando Cuperman, comenzaron investigando los fenómenos que se dan en la Programación Neurolingüística. Mientras la gente conversa, comenzaron a observar los movimientos que realizaban con las manos y distintas partes del cuerpo. Esta observación sumada a sus conocimientos sobre comunicación no verbal, algunos de estos movimientos no estaban dentro de esta. Como gesticular hacia un lado o hacia el otro del cuerpo, por ejemplo. Motivo por el cual comenzaron a observar la fenomenología de los mismos.

Al tomar contacto con las denominadas submodalidades de Richard Bandler, estos movimientos toman una cualidad especial. Por ejemplo, a la derecha y abajo es un espacio donde la gente logra el convencimiento.

Con estas observaciones se dieron cuenta que la gente al hablar tocaba sus pensamientos, con la necesidad de moverse contándolos con sus manos.

Primeras Claves

Las primeras claves de Mente Holográfica aparecieron con las preguntas sobre que significado tenían estos movimientos y que representan estos movimientos. Estos movimientos son los fenómenos analizados por la Mente Holográfica.

El holograma tiene como idea básica que los rayos láser proyectan fuera una imagen. Esta es la parte de la se toma el concepto para Mente Holográfica. En el espacio la gente proyecta imágenes que luego toca y opera para poder explicar.

Ruppert Sheldrake en sus investigaciones que fue realizando en diferentes áreas, hizo una en especial que fue muy útil para este desarrollo. Sheldrake cuenta que el cerebro tiene una posibilidad más allá de la receptoría de la información. Es que cada vez que veo una imagen fuera de mi, proyecto una imagen en ese espacio. La consciencia tiene la posibilidad de proyectar los objetos reales que vemos. Básandonos en esta habilidad, proyectamos recuerdos, proyectamos imágenes creadas. Y también podemos tocarlas y operar con ellas.

En nuestra búsqueda ante este conocimiento nos dio curiosidad saber cuantas cosas se pueden hacer con estas imágenes proyectadas ahí fuera.

Esta es la forma en la que los seres humanos pensamos y utlizamos nuestra consciencia. Cuando proyectamos estas imágenes del pensamiento fuera de nosotros y las tocamos y movemos con nuestras manos, las imágenes que traemos a la consciencia son en tercera dimensión. Podemos ubicar espacialmente con nuestras manos las imágenes proyectadas. Algunos con menos proyecciones visuales, pueden además de esta ubicación si definir el tamaño de la imagen, el volumen ocupado por la misma, y la ubicación espacial. Todos tenemos o calidad cinematográfica de proyección o al ubicación de espacio volumen para pensar en las cosas.

Ademas de estas imágenes proyectadas fuera, también pueden emitir sonidos en la cabeza o muy cerca de esta. Esto llevó a que se relacionara el pensamiento dentro del cerebro. En el cerebro se producen las relaciones químicas y los contactos. Mientras que la consciencia ocurre en imagen y sensación afuera de la cabeza y en sonidos dentro o en espacios cercanos. Y unos y otros pueden darnos sensaciones corporales, emociones cuando los percibimos.