Lo bueno que vemos y presentamos a los demás de nosotros mismos, es así y refuerza la autoestima, que creamos que podemos y nos mostremos exitosos refuerza nuestra autoestima y logramos identificarnos incluso con esas partes que queremos que los demás vean de nosotros.  También existe una parte de nosotros, que solemos juzgar como “negativa”, eso que no queremos que los demás vean, eso que no queremos de nosotros mismos y que a veces queremos ocultar y a veces nos abatimos juzgándonos por eso que rechazamos de nosotros y como bien explicó Carl Gustav Jung, “lo que resiste persiste”. Reconocer también eso en nosotros mismos hace que vayamos dando luz a esa parte y nos sintamos mejor con nosotros mismos. Cuando existen partes de nosotros que contraponen entre lo que mostramos y lo ocultamos, suele generar conflictos y luchas internas que nos desgastan cuando acontecen. Como lo definió el mismo Jung, “la sombra es todo aquello de nosotros que no queremos ver y sin embargo está allí”. Cuando rechazamos esa parte de nosotros,  lo que queda en la sombra, se puedo volver contra nosotros, en la Película de Debby Ford sobre el tema utiliza una metáfora muy conveniente, que pasa cuando queremos mantener una pelota de playa debajo de la línea del aguar y luego son cada vez más pelotas que en algún momento salen con tanta fuerza que nos dan en la cara.

También nos insta a aquello que vemos en los otros, o que juzgamos en los otros, suele estar relacionado con lo que tenemos en la sombra o tenemos miedo de ser. Esto Jung lo llama la proyección de nosotros mismos en los demás.

Correr de nosotros mismos suele traernos conflictos que lejos de impulsarnos nos atascan.

Podemos tener tanto sombras llamadas negras de aquello que consideramos oscuro de nosotros mismos y sombras llamadas blancas, aquellas ítems positivos que también escondemos, y es aquello que admiramos en otros.

Cuando nosotros q
ueremos ocultar algo que está en el inconsciente, lo que dice Jung, es que queda en la oscuridad, queda en sombra, mientras iluminamos otras partes nuestras.

Se trata de aquellos pensamientos y/o actos que no decimos o que de los que rara vez hablamos ya que nos avergüenzan de nosotros mismos, o bien si los expresamos verbalmente consideramos que no van a juzgar, dar la espalda o perdemos nuestro grupo de pertenencia. Tanto pensar lleno de prejuicios, como pensar de forma totalmente extrovertida, sin filtro alguno, están relacionadas con la sombra de nuestro inconsciente. Todos los excesos de personalidad que mostramos al exterior, tienen su contraparte en sombra dentro del inconsciente. Al extender luz y sombra percibo mi propio antagonismo, así concibo mi propio ser y lo acepto y lo abrazo.

A veces la sombra no es vivida por juzgarla como incompatible con la forma de vida conscientemente elegida. Es también compensadora e influenciar tanto positiva como negativamente, Jung trabajaba en sus terapias en el devenir consciente de la sombra. La negación de la sombra lleva a desdoblamientos.  La sombra representa todo lo que no reconocemos, que ocultamos, que reprimimos, en la parte negativa que infravaloramos, mientras que en la parte positiva lo que sobrevaloramos.

Si podemos ver nuestra propia sombra, el lado oscuro de nuestra naturaleza,  la invitación es a abrazarla, podemos dejar de juzgarnos y amarnos tal cual somos y eso extenderse a los demás.