En las lineas que siguen vamos a estar viendo estudios que nos definen la importancia de vivir en familia.

Mark Twain en función de los recuerdos que nosotros armamos de las experiencias vividas “Las cosas mas terribles de mi vida nunca ocurrieron” “Nunca es tarde para tener una infancia Feliz”

¿Que nos hace realmente Feliz desde la adolescencia hasta la vejez?

La Universidad de Hardvard, llamado “Study of adult development” desarrolló un estudio de 724 personas durante 75 años. Entre las muestras escogidas desde 1938 hubo tanto estudiantes universitarios como adolescentes de barrios pobres de Boston y de distinto nivel de escolaridad. A Algunos les fue muy bien y a otros no tanto. Hoy en día siguen estudiándolos, con otras tecnologías y los casos están en los 90 años.

También fueron incluyendo a los hijos de esas personas y a sus esposas que llegan a 2000 personas más que forman los casos de estudio.  Las conclusiones a las que se arriban luego de 75 años de investigación. Dicho por el cuarto director de esta investigación (Robert Waldinger) es “Las buenas relaciones nos mantienen más felices y saludables”. Y con esto aprendieron que las conexiones sociales son beneficiosas. Tanto para nosotros y que la soledad y el aislamiento pueden llegar a matar.

Las buenas Relaciones nos protegen contra enfermedades

Las personas más conectadas con su familia, con grupos de amigos y con la comunidad, son más felices, físicamente más saludables y viven más tiempo, comparadas con quienes carecen de estas conexiones. La soledad y el aislamiento deterioran el cerebro. 

Lo importante no es la cantidad de relaciones que cada uno tenga, sino la calidad de estas relaciones que mantenemos. Resulta más dañino para nuestra salud sostener un matrimonio conflictivo y lleno de complicaciones que divorciarse, por el contrario un matrimonio con pocos conflictos es altamente saludable.

Pudiendo ver las estadísticas en retrospectiva. Llegaron a la conclusión que aquellas personas que estaban satisfechos con sus relaciones vivieron más tiempo y si tenían alguna enfermedad en la vejez. Los dolores eran mitigados, mientras que si tenían relaciones conflictivas, sus dolores se acentuaban porque se sumaba el dolor emocional.

Las buenas relaciones además de proteger nuestro cuerpo también protegen nuestro cerebro. Las personas que tienen estas relaciones de apego. Incluso hasta los 80 años de edad que saben que pueden contar con alguien cuando lo necesiten poseen una memoria afilada por más tiempo. También se puede sostener una vida social. Aquellos que se jubilaron de forma más feliz también fueron los que pudieron reemplazar sus compañeros de trabajo por sus compañeros de juego.

Los que más pudieron cumplir sus objetivos y ser más exitosos fueron aquellos que cultivaron sus relaciones. Estas personas están libres de enfermedades crónicas y mentales. Es más fácil que la gente saludable y feliz cree y sostenga relaciones sociales mas estables y profundas.  El Dr. Waldinger recomienda, entonces desconectarse de los aparatos electrónicos y conectarnos más con las personas, en sus propias palabras “Una buena vida se construye con buenas relaciones”.