Intralidérate, intraliderador intralideralizado. MD Robert Blavatsky, regala conceptos sobre intraliderazgo.
Cuantas veces oímos decir: “Líder se nace”. Grave error. Salvo casos aislados como el de Winston Churchill, quien seis minutos después de haber nacido logró que despidan a cuatro parteras, debemos regirnos por la siguiente afirmación:
Líder se hace.

Tomemos como ejemplo a Sir Charles Mulligan, inglés, explorador y colono tempranero en tierras norteamericanas; líder de futuras generaciones trasatlánticas.

En cierta oportunidad, amenazado de muerte por un terrible malón Apache que lo rodeaba, Sir Charles aseguró no hablar inglés y encontrarse recorriendo el territorio para poner un puesto de churros. Esta movida estratégica improvisada, nos habla de un líder que no nació, sino que se hizo, (el tonto, como mínimo).

El ejemplo puede, a simple vista, parecer trivial, pero lo mismo sucede con Picasso y sin embargo nadie se atrevería a llamarlo torpe, aún cuando vemos Las señoritas de Aviñón y nos parece que le salieron un par de caras medio cuadradas.

Procuraré no desviarme.

El accionar de Sir Charles Mulligan es un gran ejemplo de neuroliderazgo. Por empezar, su capacidad biológica de control emotivo.

Cuando ocho lanzas oxidadas se apoyaron en la yugular del colono, sus glándulas todas, comenzaron a segregar un cocktail de terror explosivo. La sangre del hombre se vio inundada por Adrenalina, Noradrenalina, Cortisol, Adrenocorticotrópicos, Licor de huevo, Chiquitolina, ACTH y AceTelTonto, entre otros componentes. Cualquier persona con menos dominio de si, hubiérase hincado a pedir clemencia, sin embargo Charles se limitó a decir en perfecto idioma Apache:

Traigo un manjar llamado churro,

a sus tierras por primera vez.

El que no me cree es un burro,

y el que no salta, es un inglés.


Mucha gente tartamudea cuando le preguntan la hora en la calle, sin embargo Charles Mulligan no estuvo ni cerca de titubear, al enunciar su respuesta. Vaya una mención para su licencia poética, también.

Su perfecto neuroliderazgo, le permitió bajar los niveles de ansiedad y tomar un paso de distancia frente a la situación (no literalmente, de haber dado un verdadero paso, hubiera sido degollado).

Así se abren los caminos sinápticos para que nuevas y originales ideas (sobre puestos de repostería frita en el desierto) se hagan presentes. Debemos entender esto: La sinapsis es el espacio entre neuronas donde la información (en forma de neurotransmisores) es transportada. Entonces, ¿qué cambia la organización sináptica de nuestro cerebro? Pues la atención. Nos volvemos expertos sobre aquello donde depositamos nuestra atención. Sir Charles tenía la suya puesta en no morir decapitado por un grupo de nativos americanos.

Dando otra muestra de intraliderazgo, el colono tomó una postura pro-activa y enseguida dobló la apuesta. ¿Cómo hizo? Mediante el silencio.

Sí, no toda actividad positiva involucra un movimiento activo. El líder que conoce la próxima movida de su enemigo, no necesita atacar.

Sir Charles se mantuvo reacio a dar más explicaciones sobre su manjar. Aún cuando los Apaches lo amenazaban con violencia, él, calló. Naturalmente, llegó el punto donde, picados con fuerza en sus curiosidades, los nativos se resignaron a pedirle amablemente que les compartiera la misteriosa receta. El colono entonces dictó, casi con desdén, una receta de churros que incluía, como ingrediente crucial, bastante peyote.

Por supuesto, Sir Chales Mulligan era un químico laureado y sabía que la mezcalina combinada con acrilamida y otros componentes tóxicos presentes en la manufacturación de churros, generaban una hidrólisis polimérica de monómeros nitrogenados capaces de volarte la peluca hasta Saturno.

La receta arrojó como resultado diecisiete Apaches en coma diabético y seis de ellos en un estado de extravío astral digno de ser comentado en otra entrega, cuando discutamos los peores lugares para visitar durante proyecciones etéreas, entre los que se incluyen, sólo por comentarlo, el castillo de St. Germain, la tumba de Aleister Crowley y Constitución después de las ocho.

¿Qué hizo Sir Charles, que lo define como un líder dotado?

Utilizó sus conocimientos químicos para neutralizar al oponente y poder escapar. Esto se traduce de otro modo: Llevó la pelea a terreno conocido. O sea, logró transformar un planteo original débil, en una posición segura y luego en un ataque fulminante. Tomó lo que sucedía en el exterior y estaba fuera de su control, para mutarlo, a través del intraliderazgo, en una nueva experiencia con un resultado propicio y planificado. De paso también se cocino una docena de churros sin peyote para comer a la vuelta.

Un neurolíder, un intralíder si se quiere, no teme a experimentar con lo desconocido, en cambio lo recibe agradecido y lo moldea a su antojo. Se reinventa a si mismo, sabiéndose dueño de sus emociones, las cuales pavimentan nuevos y originales caminos.

A través de la introspección, irradia su intención transformadora. También entiende que, si bien un churro tiene 115 calorías y 0.85gr de grasas poli-insaturadas, lo que importa es la actitud.