A continuación vamos a transitar las propiedades simples propuestas en la Teoría de la comunicación.

La imposibilidad de no comunicar

Comunicación es un conjunto fluido y multifacético de muchas formas conductuales, habla, la postura, el tono, el contexto, etc.

Siendo la comunicación una conducta, no existe forma de no tener una conducta. La emisión de conductas comunicacionales tiene el valor de mensaje, que le damos. Teniendo en cuenta esto no podemos dejar de comunicar. Tanto la actividad como la falta de ella, comunican, tanto las palabras como el silencio, comunican.

Por ejemplo una persona sola sentada mirando por la ventana, puede estar comunicando que no tiene ganas de hablar con nadie.

La comunicación interna sigue las mismas normas que la comunicación interpersonal.

Solemos darle un significado a cada signo que cualquiera hace.

Los niveles de contenido y relaciones de la comunicación

Toda comunicación implica un compromiso y, por ende, define la relación. Una comunicación transmite información y al mismo tiempo, impone conductas.

Siguiendo a Bateson, estas dos operaciones se conocen como los aspectos “referenciales” y “conativos”*, respectivamente, de toda comunicación.

El aspecto referencial de un mensaje transmite información y, en comunicación, suele ser sinónimo de contenido del mensaje. Puede referirse a cualquier cosa que sea comunicable al margen de que la información sea verdadera o falsa, afirmaciones desde los actos lingüísticos válida, no válida o indeterminable, como lo son las declaraciones o juicios, dentro de ellas, desde la ontología del lenguaje. Por otro lado, el aspecto comunicativo, se refiere a la relación entre los comunicantes. El libro de Watzlawick “Teoría de la Comunicación Humana”, propone la siguiente adivinanza para graficar esto:

“Dos guardias vigilan a un prisionero en una habitación que tiene dos puertas.

El prisionero sabe que una de ellas está cerrada con llave y la otra no, pero no cuál de ellas es la que está abierta. También sabe que uno de los guardias siempre dice la verdad y que el otro siempre miente, pero no cuál de ellos hace una cosa u otra. Por último, se le ha dicho que la única manera de recuperar su libertad consiste en identificar la puerta que no está cerrada con llave haciéndole una pregunta a uno de los guardias”.

La resolución de la misma va más allá de los aspectos pragmáticos de mensaje digital racional, sino que para resolver el enigma es necesario tener en cuenta los aspectos conceptuales, contextuales y relacionales de la comunicación.

Las relaciones rara vez se definen con plena conciencia.

Las relaciones tienen dos aspectos uno referencial y uno conativo:

El aspecto referencial transmite los “datos” de la comunicación, y el conativo, cómo debe entenderse dicha comunicación. La relación también puede expresarse en forma no verbal gritando o sonriendo o de muchas otras maneras. Y la relación puede entenderse a partir del contexto en el que la comunicación se da.

La puntuación de la secuencia de hechos

Se da entre los que estén intercambiando información. Para quienes intercambian la información y llevan una representación de la secuencia de los hechos que quieren informar, esta se encuentra determinada por la puntuación que realiza este emisor en el relato.

En la puntuación de la secuencia encontramos relaciones de predominio, iniciativa, dependencia, etc. Y estos establecen patrones de intercambio, reglas de contingencia en el intercambio.

Las secuencias de información emitidas pueden puntuarse de diferentes maneras. Dependiendo el aspecto relacional de los intervinientes en la comunicación una secuencia va a ser más efectiva que otra. Los marcos o límites de la comunicación vendrán dados por la relación de los comunicantes.