Para hablar del mensaje vamos a ir desde la ciencia hasta su utilización en el aprendizaje.

La cita de El rey Lear “Nada puede provenir de la nada” se basaba en máximas medievales acerca de lo que en ese momento se consideraba la ciencia. Algunas premisas dadas para las leyes de la ciencia actual se dan de la siguiente forma:

a. Ley de conservación de la materia y su inversa. Dice que no puede esperarse que aparezca ninguna materia nueva en un laboratorio.

b. Ley de conservación de la energía y su inversa. No se espera que se produzca nueva energía en un laboratorio.

c. El principio demostrado por Pasteur: no puede esperarse que aparezca nueva materia viviente en el laboratorio.

d. El principio de que no puede crearse un nuevo orden o pauta sin información.

De todos estos enunciados negativos y otros similares cabe afirmar que son reglas de expectativa más que leyes de la naturaleza. Son tan verdaderas como cualquier excepción a ellas reviste enorme interés. Y nos ponemos a buscar en los últimos descubrimientos y no tan últimos tenemos que existe una excepción. Lo que las transforma en una falacia de sí mismas para la lógica.

Lo interesante se esconde en las relaciones entre estas profundas negaciones con el aprendizaje en general. A veces queremos encasillar las formas y maneras de aprendizaje y como “debe” darse algo y nos negamos a la incertidumbre y a la novedad o a encontrar excepciones dentro de lo establecido, que también nos llevan al aprendizaje una vez más.

Para encontrar contraejemplos a las leyes establecidas de la ciencia, tenemos la oveja Doly, la energía tomada desde un laboratorio desde el reciclado de aceite usado, los hongos y virus son materia viviente, la creación de piel para injerto por laboratorio, la fecundación in vitro.

La información puede ser olvidada o confundida. Los libros que contienen los códigos pueden perderse. Los mensajes dejan de serlo cuando nadie puede leerlos.

Entonces, la verdad parcial que «nada puede provenir de la nada» en el mundo de la información y la organización incluye a su propia contradicción, a veces los mensajes pueden informar poco y estar desorganizados o incluso estar desorganizados e informar igual.  La nada es un mensaje, Pueden ser mensajes suficientes y eficaces porque el cero puede, dentro del contexto, ser significativo; y quien crea el contexto es el receptor del mensaje. Esta capacidad de crear contexto es una aptitud del receptor.

El receptor debe estar predispuesto para el descubrimiento apropiado cuando este se produce.

La predisposición nos sirve para seleccionar componentes aleatorios y convertirlos en información nueva. Es importante contar con esas apariciones aleatorias para  generar la nueva información.

Mensaje y aprendizaje

Esta circunstancia divide en dos ámbitos separados todo el campo de la organización, la evolución, la maduración y el aprendizaje; uno de esos ámbitos es el de la epigénesis o  embriología, el otro, el de la evolución y el aprendizaje.

Epigénesis palabra acuñada por C. H. Waddington cuyo antiguo nombre era embriología. Sostiene  que todo paso embriológico es un acto de devenir («génesis» en griego) y se constituye sobre  («epi» en griego) el statu quo ante inmediatamente anterior. Waddington minimiza la teoría convencional de la información. Ya que de acuerdo con la teoría convencional no existe en este caso ninguna información nueva.

La epigénesis es el desarrollo de un complejo pensamiento retórico, utilizando las mismas palabras para explicarlo. Así se agregan los axiomas y definiciones de cualquier palabra, juego, disciplina.

En complemento a esto nos encontramos con la información se constituye en la réplica, está todo el reino de la creatividad, el arte, el aprendizaje y la evolución, en que los procesos de cambio en curso se alimentan de lo aleatorio. La esencia de la epigénesis es la repetición predecible; la esencia del aprendizaje y la evolución, la exploración y la transformación.

Antropología y Aprendizaje

En la endoculturación la gente repite o replica, para pasar a la próxima generación habilidades y valores de los progenitores, la trasmisión cultural está conectada con el aprendizaje. Este proceso

cultural es una mezcla de los dos ámbitos. Recurre a los fenómenos del aprendizaje a los fines de la repetición puesto que lo que tienen los progenitores fue aprendido por ellos.

Por último, se advierte que los dominios de la epigénesis y de la evolución están tipificados, en un nivel más profundo, por los paradigmas gemelos de la segunda ley de la termodinámica:

1)  las operaciones probabilísticas aleatorias siempre se tragarán el orden, la pauta y la entropía negativa,

2) para la creación de un nuevo orden son indispensables las operaciones de lo aleatorio, la plétora de alternativas no resueltas (entropía).

La evolución tiene un punto culminante: la saturación ecológica de todas las posibilidades de

diferenciación. El aprendizaje lo tiene en el espíritu hiperlleno.