Algunos libros y brujitos, suelen decir que la octava superior del bufón es el triskel. Se trata de un ciclo del camino del héroe. Es un periodo de vida más primitivo y de menor desarrollo. Se trata de una figura de apetitos físicos. Estos apetitos dominan su conducta, le gusta jugar igual que al niño. Con tal de satisfacer esas necesidades puede llegar a ser cruel, cínico e insensible. Le gustan las historias, hace chistes y picardías a los demás. Se trata de un gran trasformador que pone de manifiesto las sombras ajenas. Se trata de una transición, suele servir al arquetipo del rey o al arquetipo del padre en su forma de niño. Por esto también se lo considera un esclavo, porque no suele elegir libremente.

Triskel

Más allá de esto es importante tener en cuenta que esto le proporciona sus necesidades más básicas cubiertas, que para este arquetipo son muy importantes. Es el único en la corte al que se le permite hacerle chistes al rey, juzgarlo, hacer chanzas con él y hasta incluso contrariarlo con ellas. Ya que se considera que está para divertirlo y hacerlo reír.

En este punto también el bufón se vuelve un arquetipo dependiente, ya que su existencia en si tiene implícita la mirada de otro y para la observación de otro. Todas sus monerías se encuentran dirigidas hacia esa observación, mas allá de satisfacer sus apetitos primitivos.

En su infantilismo representa la inocencia, en esta inocencia tiene una cualidad divina. Sagrada en algún punto para sociedades más primitivas. Como un poder semidivino y semimagico del Triskel.

 Puede tener mayor sociabilidad sin juzgar a las personas para ejercer esta sociabilización. Teniendo también poca disciplina en sus actos o bien de poca reflexión para ellos. Es más bien reactivo.

También esto le da la impunidad de la irresponsabilidad, acarrea sumisión hacia otro.

 Puede tener mayor sociabilidad sin juzgar a las personas para ejercer esta sociabilización. Teniendo también poca disciplina en sus actos o bien de poca reflexión para ellos. Es más bien reactivo.