La escucha activa, un procedimiento que demuestra un marcado interés del oyente en una conversación, propicia una actitud muy eficaz en la interacción comunicativa, resultando fundamental en los vínculos humanos. Aquí, las claves de un comportamiento que puede aprenderse y produce grandes resultados.

La importancia de la escucha

El simple y complejo hecho de escuchar lo que el otro dice suele ser determinante en cualquier tipo de relación humana. Ya sea en ámbitos familiares, amistosos o laborales, tener un registro de lo que la otra persona expresa es algo más que relevante. Se torna imprescindible en los vínculos más cercanos, donde está comprometido lo emocional o afectivo. Y también es trascendente en lo cotidiano, en las pequeñas interacciones habituales del día a día. Escuchar o registrar lo que dice el vecino o compañero de trabajo, favorece a un desenvolvimiento fluido que se expande con éxito a otras áreas.

Sentir a otro ser humano, que sus expresiones son importantes. Cada conversación consta de dos o más opiniones y que cuando hay un vínculo humano, por más casual y momentáneo que fuere.

Escuchar enriquece cualquier perspectiva,  ya que se amplían las interpretaciones sobre un hecho o idea.

Las dificultades para escuchar

Pero la acción de oír al otro no siempre es una tarea que resulta sencilla o espontánea.

Varias causas, como la falta de concentración y atención, y el hecho de minimizar o relativizar los comentarios ajenos, enfocándose sólo en los propios pensamientos, genera una limitada captación del mensaje del emisor.

Esto puede ocasionar un sentimiento de malestar del comunicador, percibiendo un reducido interés en aquello que expresa. La consecuencia de dicha sensación puede causar un efecto recíproco negativo. Cuando hables el que escucha tampoco lo haga con gran atención o compromiso. Además, provoca todo tipo de inconvenientes sociales, desde enojos y broncas circunstanciales hasta un menor interés en el vínculo.

No todos los días uno está con la misma predisposición para la escucha. Tomar en cuenta al que habla con la escucha. La escucha valida el habla, como frase de Humberto Maturana.  Captar lo que está diciendo, su voz importa, produce un beneficio doble: por un lado hacer sentir bien al que habla y, por el otro, tener mayores probabilidades de que esto se repita a la inversa.

Las características de la escucha activa    

Aunque el hecho de desoír al otro o no darle la trascendencia óptima a su discurso no significa que ocurra por una actitud narcisista, egoísta o despreciativa (aunque a veces sí lo es), ya que una persona con gran solidaridad y sensibilidad social puede tener días con menor deseo de vincularse o estar mentalmente en otro lado, este comportamiento puede modificarse de un modo sencillo y eficaz. Con la escucha activa.

La escucha activa tiene características particulares y distintivas que pueden aprenderse sin ningún tipo de inconveniente o dificultad. Lo importante está en interactuar con el emisor, de un modo explícito y empírico, que se lo escucha con total atención.

Considerar repetir y parafrasear determinadas frases relevantes de su construcción enunciativa , reiterar comentarios distintivos, emitir opiniones constructivas al respecto y exhibir una indispensable empatía sobre la persona. Esto último es imprescindible porque se enfatiza una comprensión y un entendimiento emocional por la situación descripta.

Esto seguramente puede ocasionar un círculo virtuoso positivo y la persona que se siente escuchada tenga mayores deseos de oír cuando se inviertan los roles comunicativos.

Elegir la escucha activa

Escuchar no es lo mismo que hacerlo activamente. Cualquier persona que no sufra conflictos auditivos oye. Lo importante está en el interés que tengamos por ese mensaje enunciativo y la validación de la relación. No todas las personas nos interesan por igual y tampoco significa que haya que escucharlas con el mismo detenimiento. Pero aplicar los métodos de la escucha activa es una opción recomendada y eficaz.

Porque a uno no le da lo mismo que lo escuchen con atención o que lo tengan en cuenta. Todos los seres humanos desean sentirse igualmente escuchados. Para eso, primero hay que saber escuchar.