A continuación encontrarás cómo influyen la Programación Neurolingüística y el Coaching en entrevistas laborales

¿Cuántas veces salimos de una entrevista de trabajo disconformes con nuestras respuestas? Basta que crucemos la puerta de salida para que en seguida nos empiecen a acechar los “podría haber dicho esto o aquello”, o los “¡me olvidé de decir lo más importante!”. En las entrevistas laborales, muchas veces las emociones nos juegan en contra y no dejan que nos explayemos de forma relajada. A raíz de esto, nos bloqueamos y no podemos contestar preguntas y mantener un diálogo de la forma más fluida y natural posible, impidiendo que saquemos a relucir nuestro mayor potencial. La PNL y el Coaching son disciplinas que pueden aportar en este sentido y ayudarnos a manejar estas situaciones con tranquilidad y confianza en nosotros mismos, porque justamente se trata de eso: conocernos y confiar.

Nuestra mente y nuestro cuerpo están conectados, de manera que todos nuestros pensamientos desencadenarán emociones que se verán reflejadas en nuestra conducta, aunque tratemos de disimularlas. La Programación Neurolingüística apunta a que podamos controlar nuestra propia mente y más aún en situaciones que lo requieren como lo es una entrevista laboral. Tenemos que tener en cuenta entonces que no solo comunican nuestras palabras y nuestra voz, sino también nuestro cuerpo, que es víctima de nuestro estado interno. La PNL apunta a desarrollar un análisis de nuestros pensamientos y emociones en este tipo de situaciones, para luego poder controlarlos mediante distintas prácticas y así lograr concordancia entre nuestro diálogo y nuestra conducta; evitando que nuestro estado interno nos juegue una mala pasada.

Para ser aún más claros, la PNL nos ayuda a mejorar nuestra comunicación verbal y no verbal (tono de voz y corporal). Si pensamos en el ámbito de una entrevista laboral, no es lo mismo decir “quiero trabajar con ustedes” que “me gustaría trabajar con ustedes”. Tampoco daría igual si a la hora de definirnos a nosotros mismos decimos, por ejemplo, que somos personas tranquilas y mientras tanto nos comemos las uñas o jugamos con nuestras manos. Todo esto realmente lo podemos controlar si tenemos el poder de controlarnos a nosotros mismos y a nuestros pensamientos y emociones. Para ejemplificar como trabaja la PNL, probemos hacer lo siguiente antes de asistir a una entrevista laboral: en vez de ponernos nerviosos, pensemos en positivo, veámonos a nosotros mismos saliendo con una sonrisa o contestando preguntas de forma tranquila y relajada; incluso animémonos a visualizarnos consiguiendo aquel trabajo que tanto deseamos. Creemos situaciones positivas en nuestra mente. Podremos ver cómo nos predisponemos distinto y a raíz de ello, nuestros pensamientos y emociones dejarán de ser enemigos para pasar a ser aliados. El resultado será diferente: nuestros lenguajes corporal y verbal estarán ligados, expresarán tranquilidad y confianza, y nos podremos enfocar en dar respuestas positivas y concretas; incluso a esas preguntas que muchas veces nos resultan capciosas o difíciles de responder.

Sin embargo, que seamos nosotros mismos también implica conocernos y tener en claro cuáles son nuestros puntos fuertes y enfocarnos en ellos (pues de nada sirve enfocarnos en los aspectos negativos, aunque los seres humanos tengamos una clara tendencia a hacer hincapié en los últimos). En este sentido, el Coaching también nos puede ayudar a enfrentar este tipo de situaciones, como lo son las entrevistas laborales, que no siempre son fáciles de manejar y donde se ve reflejado el conocimiento que tenemos de nuestra persona. Esta disciplina busca llegar al máximo desarrollo personal del ser humano que, consecuentemente, se verá reflejado en todos los demás aspectos de su vida. Nos ayuda a identificar y potenciar nuestras fortalezas, generando una transformación en nuestro modo de enfrentar el día a día y así alcanzar la concreción de nuestros proyectos.

Refiriéndonos al mundo laboral, situaciones que antes nos generaban ansiedad y no sabíamos cómo afrontarlas, con ayuda del Coaching podremos analizarlas desde distintos puntos de vista y así crear estrategias que aumenten nuestro compromiso y responsabilidad para llegar a concretar los resultados que queremos alcanzar. Al fin y al cabo, nos ayuda a mejorar nuestro rendimiento como personas, y por ende como profesionales. Por ejemplo, a la hora de asistir a una entrevista, ya conoceremos nuestros puntos fuertes y nuestro propio potencial y nos encargaremos de hacer foco en ellos en la conversación o también sabremos cómo responder a la pregunta tan famosa de fortalezas y debilidades que, en varias ocasiones, nos toma por sorpresa y nos es difícil de responder. En este cambio de conducta, aumentando nuestro rendimiento y confianza en nosotros mismos, el Coaching también nos permite revisar nuestros puntos de vista, hábitos y acciones, que capaz no eran los más adecuados, y nos provee de la capacidad de abrir nuestro espectro a nuevas formas de concebir todos los aspectos de nuestra vida: nuestros pensamientos y opiniones, el trabajo y las relaciones. Da lugar a nuevas estructuras y paradigmas en la forma de encarar nuestras vidas.

A fin de cuentas, el Coaching y la PNL son disciplinas que apuntan a nuestro desarrollo personal y, en consecuencia, mejoran nuestra calidad de vida. En una entrevista laboral, la PNL ayuda en la gestión de las emociones y, por ende, a establecer una comunicación más clara y concreta. Mientras que el Coaching nos ayudará a identificar, potenciar y mostrar nuestros puntos fuertes en relación con aquello que queramos conseguir como profesionales. Ambas disciplinas siempre abrirán puertas, en vez de cerrarlas (como muchas veces hacemos esto último con nosotros mismos). Harán que ni bien crucemos la puerta de salida de una entrevista laboral, ya no haya lugar para pensamientos negativos, sino todo lo contrario; positivos y constructivos. Y así, crezcamos como personas.

Redactor: Maria Elena Blasi

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