Los Chinos y los Griegos disputaron frente al Sultán para ver quienes eran los mejores pintores y, para decidir, el Sultán encargó a cada grupo que pintara una casa. Los chinos procuraron todo tipo de pinturas y colorearon su casa de la forma más elaborada. Los griegos, a su vez, no usaron ningún color sino que se dedicaron solamente a limpiar las paredes de su casa de toda suciedad, puliéndolas hasta que quedaron tan claras y brillantes como los cielos.

Cuando las dos casas fueron ofrecidas para la inspección del Sultán, este admiró mucho la casa pintada por los chinos, pero la casa de los griegos obtuvo el premio, ya que todos los colores de la otra casa estaban reflejados en sus paredes con una variedad interminable de sombras y matices.

 

P.40 Cuentos de Oriento para niños de occidente.