Anima quiere decir alma, y simboliza lo extraordinario e inmortal. Lo que perdura.

Se trata de una representación dogmática, que persigue el fin de conjurar algo espontaneo y viviente. El halo de vida. Se trata de un estadío supremo.

Además es Inercia vital. Esta inercia es lo suficientemente convincente como para arrastrar con ella a la vivencia de la vida. Se trata de un arquetipo natural. Que subsume todas las manifestaciones del inconsciente.

Se suele tomar incluso para algunas sociedades como la metáfora arquetípica del inconsciente en si mismo. Es femenina como complemento del consciente. Suele representarse con mujeres incluso.

Es el arquetipo que nos da ingreso al reino de los dioses, reservado en la metafísica griega. Todo lo que el anima toca se vuelve luminoso, incondicionado, tabú, mágico. Es la que ayuda a dar luz al arquetipo de la sombra.

La discusión con el anima es al prueba que consagra maestro al oficial. El anima implica un atrevimiento. Es autónoma. Es un impulso de sabiduría vital. Que también puede tomarse como desatino elfico.

Se trata de un concepto empírico que contiene diferentes fenómenos afines y análogos. Estos fenómenos se encuentran en el campo de la experiencia humana. Se trata de un fenómeno social, del mundo en general.

Para comprender que es la psique es importante contar la comprensión del mundo.

El anima toma contacto con la fenomenología que describe Freud en la neurosis.

Anima mitológica

Desde la representación mitológica y la filosofía de la naturaleza, se proyectan en el alma lo desconocido de los fenómenos externos. Lo que hacemos aquí es convertir un acontecimiento físico en un proceso psíquico. Transformando así los procesos físico-químicos. Esto en representación está asociado con imágenes metafóricas, que representan eso para nosotros. Sea el arquetipo que sea.

Las imágenes fantásticas superan los filtros sensoriales y los estructuran para que coincidan con una imagen anímica precedente.

Los arquetipos señalan vías determinadas a toda la actividad de fantasía. Produciendo paralelos mitológicos.

La imagen del anima presta un brillo sobrehumano. Se trata de un factor de importancia en la psicología masculina, en obra de emociones y afectos.

Representa la vitalidad, la flexibilidad y la humanidad.